¿Rígido o flexible?

Dalí, Reloj blando

El pasado 22 de octubre se celebró en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid una Jornada sobre «Flexiseguridad y Mercado de Trabajo en la Unión Europea», organizada por la colega, además de querida amiga, María Piedad López-Romero. Dentro de esta actividad, se me encomendó la ponencia titulada «Flexibilidad y seguridad en el sistema español de relaciones laborales: un balance crítico». Este encargo tenía por objetivo discutir en qué medida en el caso español se cumple o no el presupuesto sobre el que se estructura la propuesta del Libro Verde de la Comisión Europea «Modernizar el Derecho Laboral para afrontar los retos del Siglo XXI» (COM 2006,  708 final). Es decir, la asusencia de instrumentos que permitan a las empresas una gestión flexible de su personal, capaz de adaptarse a los cambios que puedan producirse en su entorno económicio, tecnológico, organizativo o productivo.

¿Prevé el ordenamiento español tales instrumentos o es preciso modificarlo para introducirlos? ¿Es, en suma, rígido o flexible? Éstas son las preguntas a la que intenté ofrecer respuesta a través de la ponencia pongo a disposición de los lectores de este blog al final de esta nota.

La respuesta puede, en todo caso, anticiparse. Por más que puedan ser objeto de críticas de detalle y requieran seguramente de reformas para ser más operativos, es difícil entender que el ordenamiento laboral español no ha hecho un importante esfuerzo por dotar a los empresarios de medios que les faciliten una administración del personal a su servicio acorde con las cambiantes necesidades del medio en el que se desenvuelven. Antes bien, en España el problema es otro: que tales instrumentos no se utilizan con toda la intensidad que sería deseable esperar debido a la existencia de otra «vía hacia la flexibilidad» por la que se inclinan masivamente los empresarios. Me refiero, naturalmente, a la contratación y el despido, en condiciones no precisamente adaptadas a la legislación vigente, de trabajadores con contratos de duración determinada.

El resultado de esta inclinación es la afirmación de un modelo de competitividad «de gama baja», basado en la permanente rotación de un importante sector de trabajadores, cada vez menos formados, profesionalizados y motivados, compuesto principalmente por jóvenes con niveles de formación inicial medios y altos. Un auténtico monumento a la ineficiencia y el desperdicio de la formación, el talento y las capacidades de las personas, que la sociedad española no puede permitirse.

De allí que ls ponencia concluya señalando que el auténtico problema del mercado laboral español no es hoy tanto la falta de mecanismos que faciliten el uso flexible de los recursos humanos, por más que haya que introducir en ellos cambios y mejoras urgentes, sino encontrar la manera de recuperar para ese amplio colectivo de trabajadores precarios  unos niveles aceptables de protección, favoreciendo que las medidas de ajuste no se realicen exclusivamente a su costa, sino recurriendo a los instrumentos antes mencionados o a otros que con la misma finalidad puedan crearse en el futuro.

LA PONENCIA «FLEXIBILIDAD Y SEGURIDAD EN EL SISTEMA ESPAÑOL DE RELACIONES LABORALES: UN BALANCE CRÍTICO» PUEDE SER DESCARGADA DESDE EL SIGUIENTE ENLACE: 

FLEXIBILIDAD Y SEGURIDAD EN EL DT ESPAÑOL-conferencia IEE UValladolid-WSANGUINETI

LA COBERTURA RADIAL DE LA JORNADA SOBRE «FLEXISEGURIDAD Y MERCADO DE TRABAJO EN LA UNIÓN EUROPEA» PUEDE SER OÍDA EN EL SIGUIENTE ENLACE:

http://www.euranet.eu/esl/layout/set/player_popup/(event_node_id)/36152

ADDENDA: Añado el enlace  a las reflexiones colgadas por  Miguel Angel Falguera, comentarista de esta entrada, en el blog amigo «Metiendo Bulla» sobre la nueva reforma laboral, la flexibilidad y el papel de la negociación colectiva:

http://lopezbulla.blogspot.com/2009/12/paa-que-una-reforma-laboral.html

Dalí, Reloj blando en el momento de su primera explosión

2 comentarios en “¿Rígido o flexible?

    • Muchas gracias, Miguel Angel, por el comentario y la referencia, que colgaré en la parte final de la entrada. Efectivamente, el papel de la negociación colectiva es aquí de la mayor importancia. Y su contribución actual más bien escasa, por decirlo de la manera menos enfática de todas las posibles.
      Un abrazo desde el blog amigo:
      Wilfredo Sanguineti

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