Resulta muy llamativo que en el debate público sobre las repercusio-nes del secuestro del pesquero Alakrana haya pasado inadvertida la dimensión laboral de este hecho. El de secuestro constituye, no obs-tante, como se pone de manifiesto en el comentario del especialista Gregorio Benito Batres que se reproduce a continuación, un riesgo laboral respecto del cual, como ocurre con el supuesto análogo del riesgo de atraco, debe el empleador adoptar las medidas oportunas para su eliminación o atenuación. No parece haber ocurrido así, al menos en este caso, sin que de momento se estén activando los mecanismos de reacción, incluso penal, previstos al efecto. Esto nos alerta sobre lo engañoso del tratamiento del problema por parte, tanto de los responsables pólíticos como de los medios de comunicación, que han terminado por convertir este asunto en una cuestión de interés público, distorcionando su naturaleza y ocultando detrás de esta desdibujada imagen a los responsables últimos del problema.
Al texto se ajunta otra nota titulada «¿Quienes son los piratas?, de gran interés para contemplar la cuestión de la legitimidad de la presencia de nuestros pesqueros en esa zona desde una perspectiva más amplia, así como la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de junio de 2008, a través de la cual se clarifica el carácter de «riesgo laboral» del riesgo de atraco, análogo al de secuestro, cuando se trata de sucursales bancarias.
A CONTINUACIÓN EL COMENTARIO:
Trabajadores, trabajando
Si no estoy equivocado los pescadores del Alakrana lo son como trabajadores por cuenta ajena. Y en el momento del secuestro estaban realizando una actividad laboral bajo la dirección y organización del empresario…
…y de sus representantes (armador y cadena jerárquica en el propio buque).
Parece que todo ello hace que “el incidente”, aparte de analizarse a la luz, y quedar sometido a la aplicación, de normas internacionales y del derecho internacional marítimo, debe también analizarse a la luz y quedar sometido a la aplicación de las normas laborales, en lo que afecta a la relación laboral entre armador y trabajadores.
Es aplicable, por ejemplo, nuestra Ley 31/1995, de 8 de Noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales y su desarrollo reglamentario, así como los acuerdos convencionales y otras normas jurídico-técnicas.
Se conocía el riesgo grave que corrían, y siguen corriendo, los barcos pesqueros que faenan en la zona. Parece que no se tomaron las medidas más adecuadas para eliminar o reducir el riesgo.
Es sintomático que en determinadas situaciones de riesgo grave para los trabajadores las instituciones, los medios de comunicación e incluso las organizaciones sindicales no planteen este aspecto, por otra parte nuclear al tratarse de un riesgo cuya causa es el trabajo y las condiciones en las que se desarrolla.
Un caso análogo es el de los atracos a empresas. A los sindicatos les costó trabajo que se abordarán adecuadamente, también como riesgo laboral. Pasa con los accidentes de militares que no se dan en el escenario de una acción militar. El caso de Yakolev puede considerarse un accidente in itinere. El caso de muchos de los accidentes que sufren los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que no tengan que ver con el propio riesgo que su actividad nuclear comporta. Está comprobado que a lo largo de la historia siempre se han producido más víctimas por motivos no directamente bélicos que por motivos bélicos.
El problema es que, en este tipo de situaciones, el riesgo laboral del trabajador queda totalmente oculto por componentes con más gancho periodístico. Y eso deriva el debate social a otros ámbitos en el que algunos pueden estar más interesados.
En el caso de los buques que faenan en la zona de piratas es aplicable el artículo 316 del Código Penal que contempla el delito de riesgo para los trabajadores, sin que necesariamente se produzcan resultados. La Inspección de Trabajo tiene competencias en la aplicación de la normativa de Riesgos Laborales.
Pero nos interesa destacar sobre todo la parte esencialmente laboral de este tipo de “incidentes”.
La realización de un acto o de un proceso productivo peligroso incluye una elección humana que lleva consigo un cierto nivel de riesgo para los operadores. El riesgo ya no tiene nada de fatal, es, más o menos deliberada o implícitamente elegido. No existiría verdaderamente fatalidad. (Sami Dassa. Sociologie du Travail, 4/1976).
¿A quién corresponde la decisión y la elección de la zona para faenar y quién obtiene en mayor medida el beneficio de la actividad?. ¿Quién expone su vida a los riesgos que supone la elección anterior?
Gregorio Benito Batres – Analista de Salud Laboral
Publicado en «Nueva Tribuna» (viernes 20 de noviembre de 2009)
Extraído de: http://www.comfia.info/noticias/53328.html
EL TEXTO DE LA NOTA «¿QUIENES SON LOS PIRATAS?» PUEDE SER DESCARGADO DESDE EL SIGUIENTE ENLACE: http://www.comfia.info/noticias/53341.html
LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 25 DE JUNIO DE 2008 (EL ATRACO COMO RIESGO LABORAL) PUEDE SER DESCARGADA DESDE EL SIGUIENTE ENLACE: STS 25-6-2008-Atraco-Riesgo-Laboral
Enhorabuena por el post, Wilfredo, me parece una iniciativa muy oportuna, puesto que se consigue atraer la atención de una opinión pública saturada por los aspectos «criminales» del caso (una historia de piratas, pero en ambos lados, me parece) a una realidad fundamental pero que permanece velada, oculta, invisible, porque el trabajo siempre denota una situación de poder desigual cuya exhibición es peligrosa por notoria y evidente.
Reitero mis felicitaciones desde el blog de al lado
Abrazos fuertes
Antonio
Muchas gracias por el comentario, querido amigo. Lo sorprendente es que esta dimensión del asunto no haya salido a la luz antes, ni lo haga ahora, cuando volverá a salir a faenar el buque. Parece como si nadie fuese en este país trabajador y, por tanto, viese las cosas desde esa perspectiva. Cuando en realidad lo somos casi todos. ¿Cómo hemos perdido dentro de la dimension de nuestro análisis la contemplación de las cosas desde nuestra posición social? Me imagino que esto es así desde que se impuso el pensamiento único y la izquierda abandonó o perdió la batalla ideológica. En todo caso, urge retomarla y construir un discurso alternativo desde esa posición. Y en eso estamos muchos, entre otros medios, a través de estos blogs hermanos. Un abrazo: Wilfredo